I.
Y se juntaron los océanos al pronunciarse una duda, travesías en tercera persona.
II.
Un día después, una llamada, el contorneo de un teléfono sobre una loseta vulnerable.
III.
Marché de nuevo hacia el infinito, derecho al abismo de tu palabra extraviada, intentando acasos.
IV.
Pero tú ya eras otra, ni siquiera los sabores te valían igual.
V.
El olor a madera importada desde España, el talle de la colonia que acabó con todo mi imperio hasta convertirme en nada. Yo solía llamarle miedo.
VI.
Ahora noto que la baba de tantas noches sobre la nieve ha sido en vano.
Sunday, January 18, 2009
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