I.
El espasmo de la noche disipa a los cuerpos
y en luna llena engarzo la letra de tu palabra
que se aleja proponiendo verdades
cuando el viento sacude mis dedos
si te pienso en agonía,
inflamada en algún abrazo.
II.
Bastó colocar el cuerpo hacia otro costado
para adivinarte en pinceladas perpetuas
conocer tu risa que hoy es melodía tangible
y adivinar mis pensamientos,
iluminados
como la vela de aquella noche
cuando la distancia menguaba
y me narrabas Guatemala en resplandor.
III.
El veredicto estaba dicho
la verdad diferida de ojo a ojo:
el silencio de tu piel al otro lado de la mesa
generando vaivenes por compartir un espacio.
IV.
Me he quedado suspendida
en los vestigios de nuestro encuentro
y hay una música constante
desde donde emerge tu risa
Ahora todo es canto
desde que los pajaritos vuelan y en su aleteo suicida
se descubren nuevas brisas
Entonces, yo te abro la palma de esta mano
honesta y húmeda
por si te provoca caminar conmigo
y delinear la realidad con colores nuevos.
V.
Este instante es contemplativo
del eterno sexante que se engendra
cuando pienso en tu nombre y una fábula
se acentúa porque emprendo el viaje
hacia tu abrazo.
VI.
Calibro la distancia hacia la que he volado
me meso en una rama para adormitar pensamientos
mientras miro mi pecho colorado acercarse hacia el diluvio,
el que borre las huellas y los pedazos de historia esparcida
mi pico no apunta al cielo
no pretendo adivinar sus colores
ni aliviarme en su nebulosa celeste
a donde mi propio canto no se halla
sin embargo, mi plumaje aletea
al sentirse inerte frente a lo tibio:
la caricia que se desdibuja
en cada sonrisa tuya.
Sunday, June 21, 2009
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